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V Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia

El V Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia se celebró en 1907 en Londres. Fue el último congreso que celebró el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia con sus fracciones formalmente unidas.[1]​ Privó a la fracción menchevique de la dirección del partido que había obtenido en el congreso anterior y aprobó en general las mociones presentadas por los bolcheviques.

Antecedentes

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El congreso se celebró antes del golpe de Estado que permitió al primer ministro ruso Piotr Stolypin disolver la Duma y celebrar nuevas elecciones con un censo restringido.[2]​ El partido, aún sin conocimiento de los planes del primer ministro, parecía fuerte; contaba teóricamente con numerosos afiliados y los partidos socialistas polaco y letón habían ingresado en la organización.[1]Mencheviques y bolcheviques cooperaban,[1]​ si bien mantenían serias diferencias.[3]​ Los primeros controlaban tanto el comité central —desde el anterior congreso de abril de 1906— como la fracción de diputados de la Duma.[4]

El partido, sin embargo, estaba en mala situación económica y solo la ayuda financiera de un empresario británico liberal le permitió organizar el congreso en un edificio de la Brotherhood Church.[1]

Congreso

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Al congreso, reunido en Londres,[3]​ asistieron unos trescientos cincuenta delegados, prácticamente diez veces más que al segundo de 1903.[1]​ Durante tres semanas (del 30 de abriljul./ 13 de mayogreg. al 19 de mayojul./ 1 de juniogreg.),[4][3]​ los delegados debatieron numerosas cuestiones teóricas como la evolución económica, las alianzas entre clases sociales, los pactos electorales,[4]​ el apoyo a un Gobierno surgido[4]​ de la Duma o las perspectivas históricas del movimiento.[5]​ Los bolcheviques contaban con unos noventa delegados favorables, además del apoyo general de los cuarenta y cinco polacos y los veintiséis letones, mientras que los ochenta y cinco delegados mencheviques contaron habitualmente con el respaldo de los cincuenta y cuatro delegados del Bund en las distintas votaciones.[6]​ La mejor situación financiera, en parte debida a las «expropiaciones» prohibidas en el anterior congreso, les había permitido a los bolcheviques movilizar a sus partidarios y contar así con una ligera mayoría en el congreso.[6]

Mártov, reacio a celebrar el congreso porque estaba convencido de que los bolcheviques deseaban recuperar[3]​ el control del partido, representó al comité central.[4]​ Trató de moderar la actitud combativa de los bolcheviques, defendió la celebración de un congreso obrero, el trabajo parlamentario y el acercamiento a los liberales.[4]​ Logró que fuese rechazada una moción bolchevique a favor de la preparación de un levantamiento armado, que consideraba simplemente un intento de golpe de Estado, algo que el partido no debía aceptar.[4]​ Por el contrario, abogó por el trabajo en las Cortes y en las organizaciones legales como los sindicatos, los congresos obreros u otras organizaciones ajenas al partido.[7]​ Propuso además la disolución de la organización militar del partido, a la que acusó de funcionar de manera independiente de este.[7]​ Criticó también el rechazo de los bolcheviques, Trotski y Luxemburgo a cualquier alianza con los kadetes y su preferencia por los socialrevolucionarios.[7]​ Los mencheviques deseaban forjar alianzas electorales con los kadetes para tratar de vencer así a los candidatos reaccionarios en algunos distritos electorales.[3]

Trotski defendió su teoría de la revolución permanente —con el concurso de Rosa Luxemburgo, representante de los socialistas polacos—, criticó la inclinación menchevique a la alianza con los kadetes y propugnó una alianza entre el proletariado urbano y el campesinado.[5]Lenin, que compartía la idea de la alianza expuesta por Trotski, trató en vano de atraer a este a sus filas, pero Trotski prefirió abogar por la unidad de las fracciones.[5]​ Este se opuso, sin embargo, a vetar la convocatoria de un congreso obrero, que aquellos que lo rechazaban veían simplemente como el germen de una organización rival al partido.[8]​ Plejánov defendió también la convocatoria del congreso.[9]Axelrod, que había defendido la agitación a favor del congreso obrero durante meses, volvió a hacerlo en el congreso, tachando al partido de mero grupúsculo de intelectuales de la pequeña burguesía que necesitaba de profundas reformas para convertirse en un verdadero partido proletario.[10]​ Los oradores bolcheviques rechazaron el análisis de Axelrod —que contó con el respaldo general menchevique—, al que acusaron de desconocer la situación real del partido en Rusia.[11]

Lenin criticó además las alianzas electorales de los mencheviques con los liberales en San Petersburgo que, sostenía, habían dividido el voto socialista.[3]

Aunque Lenin contaba con un apoyo mayoritario entre los delegados, el congreso aprobó la condena de las «expropiaciones» —asaltos llevados a cabo por bandas bolcheviques, especialmente en el Cáucaso—,[12][13]​ que los mencheviques veían como simples actos de terrorismo al estilo de los populistas rusos o de bandidaje.[14]​ El congreso los prohibió por ciento setenta votos a treinta y cinco, con cincuenta y dos abstenciones.[13]​ En el resto de asuntos que trató el congreso, sin embargo, los bolcheviques impusieron su posición:[11]​ se rechazó la convocatoria de un congreso obrero —por ciento sesenta y cinco votos a noventa y cuatro, con veintiuna abstenciones—[11]​ y la alianza con los kadetes, tildados de contrarrevolucionarios;[11]​ en su lugar, el partido se mostraba dispuesto a tratar con los socialrevolucionarios, los socialistas populares o los trudovikí; la Duma debía utilizarse únicamente como foro propagandístico y no para favorecer reformas,[3]​ a la vez contra el Gobierno y contra los liberales.[15]

La composición del comité central y de la publicación oficial del partido (Socialdemócrata) quedó muy equilibrada: Lenin solo contaba con mayoría si obtenía el respaldo de los representantes polacos, letones y del Bund.[12]​ En todo caso, el congreso puso fin al dominio menchevique de la dirección y a las esperanzas de estos de dedicar el partido a actividades parlamentarias y legales, a apoyar la formación de otras organizaciones ajenas a él que atrajesen a los trabajadores y a dar a la formación un carácter más parecido al de los partidos socialistas de Europa occidental.[15]

Dos semanas después, el golpe de Estado de Stolypin del 3 de juniojul./ 16 de juniogreg.[13]​ acabó con gran parte de las posibilidades de acción legal que habían defendido los mencheviques —el primer ministro disolvió la Duma, restringió el censo, arrestó a los diputados socialistas y a cientos de activistas e impuso notables limitaciones a la libertad de prensa y a las actividades sindicales—[13]​ y obligó al partido a permanecer fundamentalmente en la clandestinidad.[12]​ Por su parte, Lenin y sus partidarios continuaron con los asaltos y acciones armadas a pesar de la moción contraria aprobada en el congreso.[13]

Notas y referencias

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  1. a b c d e Deutscher, 1997, p. 177.
  2. Deutscher, 1997, p. 175, 177.
  3. a b c d e f g Ascher, 1972, p. 261.
  4. a b c d e f g Getzler, 1967, p. 117.
  5. a b c Deutscher, 1997, p. 178.
  6. a b Ascher, 1972, p. 262.
  7. a b c Getzler, 1967, p. 118.
  8. Ascher, 1972, p. 263-264.
  9. Ascher, 1972, p. 263.
  10. Ascher, 1972, p. 264-265.
  11. a b c d Ascher, 1972, p. 265.
  12. a b c Getzler, 1967, p. 119.
  13. a b c d e Ascher, 1972, p. 266.
  14. Deutscher, 1997, p. 179.
  15. a b Getzler, 1967, p. 118-119.

Véase también

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Atraco al banco de Tiflis de 1907

Bibliografía

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