Barquillero
Se llama barquillero a una persona que vende barquillos. En particular, fueron muy populares en el siglo XIX y comienzos del XX los barquilleros que vendían su producto en la calle.
Los barquillos son unos dulces de masa de trigo horneados sin levadura y endulzados con azúcar y miel. Su forma es plana y fina y por la forma del molde adquirían un perfil acanalado similar a un barco, de donde viene su nombre. Actualmente, se presentan forma de canuto.
Tradicionalmente, los barquilleros llevaban su cestas con barquillos y una ruleta en que los compradores podían probar suerte. El juego consistía en dar vueltas a una rueda que apuntaba a diferentes números. Si había varios participantes, el que sacaba la cifra menor, pagaba todos los barquillos. Si era una sola persona, pagaba unas monedas y tenían derecho a llevarse un barquillo en cada jugada salvo cuando caía en la casilla del clavo en cuyo caso, perdía todo lo ganado.
La tradición del barquillero ha sido recuperada en algunas ciudades como Madrid en donde van vestidos con el traje tradicional de chulapo. Se suelen situar en plazas y parques y son habituales en las ferias y verbenas.[1]