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Gigante (mitología griega)

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Poseidón (izquierda) con un tridente y con la isla Nísiros en su hombro, luchando contra un Gigante (posiblemente Polibotes), vaso de figuras rojas c. 500–450 a. C. (Cabinet des Medailles 573)[1]

En la mitología griega, los Gigantes (en griego antiguo Γίγαντες, ‘nacidos de la tierra’) son una raza caracterizada por su fuerza y agresividad excepcionales (no necesariamente por su tamaño).[2]​ Son conocidos por la Gigantomaquia, su lucha contra los dioses olímpicos por la supremacía del cosmos.[3]​ Conviene distinguir entre ellos a los Gigantes de la mitología primordial, hijos de Gea, de los concebidos posteriormente.

Representaciones arcaicas y clásicas muestran a los Gigantes como hoplitas con tamaño y forma humana.[4]​ Representaciones posteriores (después de c. 380 a. C.) los muestran con serpientes en lugar de piernas.[5]​ En tradiciones posteriores, los gigantes fueron frecuentemente confundidos con otros enemigos de los Olímpicos, particularmente con los Titanes, una generación anterior de hijos de Gea y Urano.

Es digno de mención que Homero, así como escritores posteriores, sitúe a los Gigantes en zonas volcánicas, y la mayoría de los expertos lo hagan en áreas de Europa occidental. El origen de la historia de los Gigantes debe pues buscarse probablemente en fenómenos físicos similares de la naturaleza, especialmente en los volcánicos, de los que surgieron las historias sobre los Cíclopes. Estos Gigantes intervienen poco en la mitología. Se dice que los Gigantes que fueron derrotados fueron enterrados bajo volcanes, y que estos eran los causantes de las erupciones volcánicas y terremotos.

Fuentes mitográficas

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Gigante luchando contra Artemisa.

Nacimiento y ascendencia

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Según algunos, nacieron en Flegra (‘campo en llamas’), en Sicilia, Campania o Arcadia y, según otros, Flegra era el nombre mítico de la península tracia de Palene.[6][7]​ En cuanto a su origen, Homero tan solo dice que Eurimedonte fue el rey de los gigantes,[8]​ pero Hesíodo los hace desdender de la sangre de Urano en contacto con Gea.[9]Apolodoro explica que nacieron de la unión ordinaria entre Urano y Gea,[10]​ en tanto que Higino los hace desdencer de la Tierra y el Tártaro, aunque confunde la identidad de estos.[11]Baquílides los refiere simplemente como «hijos de la Tierra», sin especificar más datos.[12]​ Más tarde el término terrígeno (gegeneis, «nacido de la tierra») se hizo común para referirlos.[13]

Homero

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Según Homero, los Gigantes eran una raza de hombres salvajes y de grandes dimensiones, gobernados por Eurimedonte, que moraba en el lejano oeste, en la isla de Trinacia. Pero fueron exterminados por el propio Eurimedonte debido a su insolencia hacia los dioses.[14]​ Homero consideraba pues a los gigantes, como a los feacios, cíclopes y lestrigones, una de las razas autóctonas que (con la excepción de los feacios) fueron destruidas por los dioses debido a su autoritaria insolencia. No obstante Homero no sabía nada sobre la lucha de los dioses con los Gigantes.

Poseidón, el que agita la tierra, a Nausítoo primero engendró en Peribea, mujer de sin par hermosura; fue la hija menor que dejó Eurimedonte, el de altivo corazón, que reinó en los soberbios gigantes y al cabo a su pueblo insensato arruinó y a la par a sí mismo. Con aquélla se unió Poseidón y tuvieron por hijo a Nausítoo el magnánimo, rey de las gentes feacias que a Rexénor y Alcínoo a su vez engendró.[8]

Hesíodo

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Sin embargo, Hesíodo[9]​ los considera seres divinos, que surgieron de la sangre que Urano derramó sobre la Tierra, siendo pues Gea su madre. Para ser más precisos, nacieron con sus hermanos y hermanas, las Erinias y las Melíades, cuando Crono castró a Urano, su padre, y la sangre de este cayó sobre Gea. Poetas y mitógrafos posteriores los confunden frecuentemente con los Titanes.[15]

«Pues cuantas gotas de sangre salpicaron, todas las recogió Gea. Y al completarse un año, dio a luz a las robustas Erinias, a los altos Gigantes de resplandecientes armas, que sostienen en su mano largas lanzas, y a las Ninfas que llaman Melias sobre la tierra ilimitada».[16]

Hesíodo los vuelve a mencionar sucintamente en el Catálogo de mujeres, donde dice que «Heracles en Flegra dio muerte a unos gigantes soberbios».[17]

La Gigantomaquia

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Fuente que evoca al Gigante Encélado surgiendo de la Tierra, en los jardines del Palacio de Versalles.

Los Gigantes aparecen esencialmente en el episodio de la Gigantomaquia (o ‘Guerra con los Gigantes’), en la que se enfrentaron a los dioses del monte Olimpo, intentando llegar a ellos apilando las dos cadenas montañosas de Tesalia, Pelión y Osa, una sobre la otra. Sin embargo, fueron derrotados por los dioses olímpicos con la ayuda de Heracles. Esta batalla parece ser solo una imitación de la revuelta de los dioses griegos contra los Titanes, la Titanomaquia. Se decía[6]​ que Gea, indignada por el destino de sus hijos anteriores, los Titanes, engendró sola a los Gigantes, seres monstruosos e inconquistables con temibles rostros y colas de dragón.[18]

Ovidio también habla resumidamente de la Gigantomaquia. Dice que para que el elevado éter no fuese más seguro que la tierra, cuentan que los gigantes ambicionaron el dominio del cielo, y colocaron los montes apilados en un intento de alcanzar la altura de las estrellas. Entonces el padre omnipotente, con un rayo que envió, destrozó el Olimpo y derribó el Pelión del Osa que lo sostenía. Al yacer aquellos cuerpos espantosos aplastados por su propia mole, dicen que la tierra se empapó, regada por la sangre abundante de sus hijos, y que dio vida a la sangre caliente, y, para que quedase algún recuerdo de su estirpe, la transformó en figuras humanas. Pero también esta raza despreció a los dioses, fue ávida de crueles matanzas y violenta; dirías que surgieron de la sangre.

El relato más extenso acerca de la Gigantomaquia es narrado por Apolodoro, y es como sigue. Se dice que Gea, irritada a causa de los Titanes, procrea con Urano a los gigantes: insuperables por su tamaño e invencibles por su fuerza, mostraban temible aspecto, con espesa pelambre pendiente de la cabeza y el mentón, y escamas de dragón como pies. Habían nacido según unos en Flegra, según otros en Palene. Arrojaban al cielo encinas encendidas y piedras. Aventajaban a todos Porfirión y Alcioneo, que era inmortal mientras combatiera en su tierra nativa; éste expulsó de Eritía las vacas de Helio. A los dioses se les había vaticinado que no podrían aniquilar a ningún gigante a menos que un mortal combatiera a su lado. Conociendo esto Gea busca una droga para que no pudieran ser vencidos ni por un mortal. Pero Zeus prohibió aparecer a Eos, Selene y Helio y, adelantándose, él mismo destruyó la sustancia y por medio de Atenea llamó a Heracles en su ayuda. Éste primero disparó su arco contra Alcioneo, quien al caer en tierra se reanimó. Por consejo de Atenea, Heracles lo arrastró fuera de Palene y de este modo acabó con él. En la batalla Porfirión atacó a Heracles y a Hera. Zeus le inspiró deseo por Hera, y cuando Porfirión le desgarró los vestidos queriendo forzarla y ella pidió ayuda, fue fulminado por Zeus y asaeteado por Heracles. En cuanto a los demás gigantes, Apolo flechó a Efialtes en el ojo izquierdo y Heracles en el derecho. Dioniso mató a Éurito con el tirso, Hécate a Clitio con teas, y Hefesto a Mimante lanzándole hierros candentes. Atenea arrojó sobre Encélado fugitivo la isla de Sicilia, y habiendo arrancado la piel a Palante, con ella protegió su propio cuerpo en el combate. Polibotes llegó a Cos perseguido a través del mar por Poseidón; éste desgajó la parte de la isla llamada Nísiro y se la echó encima. Hermes, cubierto con el casco de Hades durante la lucha, mató a Hipólito, Ártemis a Gratión, las Moiras, armadas con mazas de bronce, a Agrio y Toante, y a los demás los destruyó Zeus alcanzándolos con sus rayos. Heracles remató con sus flechas a todos los moribundos.[19]

Diodoro Sículo, en cambio, nos habla del papel de Zeus como dios de la justicia y cómo obstuvo su primacía contra los Gigantes. Dice que Zeus recorrió prácticamente toda la tierra habitada, eliminando a los bandidos y a los hombres impíos, e introduciendo la igualdad y la democracia, y fue entonces, dicen, cuando acabó con los Gigantes, en Creta con Milino y sus secuaces y en Frigia con Tifón y su banda. Antes de la batalla contra los Gigantes que tuvo lugar en Creta, se dice que Zeus sacrificó un buey a Helio, a Urano y a Gea; y en todas las ceremonias sagradas se reveló lo decretado por los dioses respecto a la empresa, al indicar los presagios su victoria y la defección de los enemigos en beneficio de los dioses. Y el resultado de la guerra dio la razón a estos presagios, puesto que Museo desertó del bando enemigo, por lo que obtuvo honores especiales, y los dioses destrozaron a todos los que se les enfrentaban. Se cuenta asimismo que Zeus mantuvo otras guerras contra los Gigantes, en Macedonia junto a Palene y en Italia en la llanura que antiguamente se llamaba Flegrea, a causa de las señales de fuego del lugar, y que posteriormente recibió el nombre de Cimea. Los Gigantes fueron castigados por Zeus a causa de la iniquidad mostrada con los otros hombres, porque, confiados en su superioridad física y en su fuerza, habían esclavizado a sus vecinos, desobedecían las leyes que él mismo establecía en defensa de la justicia y emprendían la guerra contra aquellos que todos consideraban dioses por sus beneficios a la comunidad. Zeus, pues, dicen, no sólo hizo desaparecer del todo a los hombres impíos y malvados, sino que también distribuyó los honores que merecían a los mejores entre los dioses y los héroes, y también entre los hombres. Dada la importancia de sus beneficios y su extraordinario poder, todo el mundo manifestó unánimemente su acuerdo respecto a un reinado perpetuo y a que estableciera su residencia en el Olimpo.[20]

Según Pausanias, cerca de la cuenca del Alfeo hay fuente llamada Olimpiada, que echa agua un año sí y otro no, y cerca de la fuente brota fuego. Dicen los arcadios que allí tuvo lugar la legendaria batalla entre gigantes y dioses, y no en la Palene de Tracia, y allí hacen sacrificios a relámpagos, tempestades y truenos.[21]

Eratóstenes nos cuenta un episodio que solo mantiene este autor. Se dice que, cuando los dioses salieron en campaña contra los Gigantes, Dioniso, Hefesto y los Sátiros marchaban a lomos de burros. Cuando los Gigantes no habían sido vistos aún por ellos, aunque ya se hallaban cerca, los burros rebuznaron y los Gigantes, al oír el raido, se dieron a la fuga. Por ello se les concedió el honor de figurar en el Cangrejo (se refiere a los Burros, también conocidos como el Pesebre) hacia la parte de poniente.[22]

Catálogo de Gigantes

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Estatuilla de bronce de un Gigante procedente de Asia Menor, tercer cuarto del siglo II a. C.

A continuación se citarán a los nombres individuales de los Gigantes que aparecen mencionados en la mitología, ya en los textos mitográficos, ya en la inconografía. Muchas veces es difícil diferenciarlos porque las fuentes varían y mudan su naturaleza. Pueden estar confundidos con titanes o autóctonos pero se incluirán en la lista a todos lo que sean especificados explícitamente como «gigantes» en los textos mitográficos. De no ser así es porque aparecen en contextos con otros gigantes luchando contra los dioses, como ocurre en los relieves del friso del Partenón. Algunos lucharon en la Gigantomaquia, otros en otras teomaquias y otros más lucharon contra alguno de los dioses sin especificarse el contexto. También se mencionan a otros gigantes que no participaron en ningún conflicto o a personajes que son referidos como gigantes solo por ciertas fuentes. Sea como fuere estos son los nombres de los gigantes:

  • Abseo, nada más se sabe de él.[23]
  • Agrio (Ἅγριος Agrios, ‘salvaje’). Las Moiras le golpearon con mazas de bronce hasta matarlo.[6][23]​ Otro Agrio diferente, o el mismo en una tradición local, es mencionado como hermano de Oreo (cf.).[24]
  • Alcioneo (Ἀλκυονεύς Alkyoneus, ‘burro poderoso’). Era inmortal mientras luchase en su tierra de origen. Expulsó de Eritía las vacas de Helio. Fue muerto por Heracles, quien lo arrastró fuera de Palene, su lugar de nacimiento, tras dispararle una flecha. Era uno de los gigantes que más aventajaba a los de su raza.[6][25][26]
  • Alemone, nombre corrupto.[23]
  • Álmope (Ἄλμωψ Álmops), este gigante gentil, concebido por Poseidón y Hele, y dio su nombre a Almopía.[27]
  • Alóadas (Ἀλωάδαι Alôadai o Ἀλωεῖδαι Alôedai), dos hermanos gemelos llamados Oto (Ὥτος, ‘búho orejudo’) y Efialtes (Ἐφιάλτες, ‘el que salta’), hijos de Poseidón e Ifimedea, que quisieron derribar el cielo con sus propias manos y derrocar a Zeus. Crecían cada año un codo de anchura y una braza en altura. Cuando tuvieron nueve años de edad decidieron luchar contra los dioses, por lo que apilaron el monte Osa sobre el Olimpo y el Pelión sobre el Osa, amenazando así con subir hasta el cielo. También decían que llenando el mar con las montañas lo convertirían en tierra seca y harían mar la tierra. Como eran inmortales y el Oráculo había profetizado que no morirían en manos de hombres ni dioses, se mataron entre ellos por accidente.[28]
  • Alpo (Δλπος). Muerto por Dioniso.[29]
  • Anax o Anacte (Ἅναξ), según los milesios era un hijo de Gea, que gobernó el país y desde entonces era llamado Anactoria en su honor. Su cadáver no tiene menos de diez codos. Su hijo Asterio, también un gigante, le sucedió en el trono.[30]
  • Anteo (Ἀνταῖος), hijo de Poseidón y Gea que vivía en Irasa, en los desiertos de Libia. Desafiaba y asesinaba a todo el que se adentraba en sus dominios, pues había hecho voto de construirle un templo a su padre con cráneos humanos. Siempre vencía en sus peleas, ya que en cuanto caía a tierra o la tocaba, su madre le daba fuerzas de nuevo. Retó a Heracles, quien lo derribó tres veces, pero en vano. Heracles advirtió lo que pasaba y, levantándole en vilo para impedirle recibir el aliento de su madre, lo asfixió.[31]
  • Antífates (Ἀντιφάτης), hijo de Poseidón y Gea, era el rey de la tribu de los lestrigones, unos gigantes antropófagos que encontró Odiseo en sus viajes. Anfífates destruyó la flota de Odiseo.[32]
  • Argos Panoptes (Άργος Πανοπτης, ‘brillante’ ‘todos los ojos’) tenía cien ojos. Era un guardián muy efectivo, pues solo algunos de sus ojos dormían en cada momento, habiendo siempre varios otros aún despiertos. Era un fiel sirviente de Hera. Su gran servicio al panteón olímpico fue matar al monstruo ctónico con cola de serpiente Equidna cuando ésta dormía en su cueva.[33]
  • Aristeo (Αρισταιος) fue el único de sus hermanos en sobrevivir a la Gigantomaquia. Su madre Gea lo convirtió en un escarabajo, y así viajó al Etna, en Sicila, donde se dice que el fuego no puede quemarlo.[34]
  • Asterio (Ἀστέριος), hijo del también gigante Ánax o Anacte, e sucedió en el trono, pero el cretense Mileto, hijo de Apolo, conquistó el país y le cambió el nombre por el suyo. Asterio medía diez codos de alto y fue enterrado en la pequeña isla de Lade.[35]​ Otro, o el mismo Asterio en otro contexto, aparece esculpido en el tesoro de los sifnios, como oponente de Atenea y bajo el nombre corrupto de Astarias. Astarias yace en el suelo muerto y Atenea se encamina a batirse contra el gigante Eríctipo.[36]
  • Astreo, confundido con el titán Astreo.[23]
  • Atos o Ato (Ἄθως) era el nombre de unos de los gigantes que desafiaron a los dioses olímpicos durante la Gigantomaquia. Poseidón le aprisionó debajo de la montaña que lleva su nombre.[37]
  • Caco (Κακος Kakos, ‘malo’ o ‘malvado’), hijo de Hefesto, era un Gigante mitad hombre y mitad sátiro que vomitaba torbellinos de llamas y humo. Vivía en una cueva del monte Aventino en cuya puerta siempre colgaban las cabezas de los humanos que devoraba. Robó algunos de los bueyes de Gerión a Heracles mientras dormía, por lo que este le mató.[38]
  • Ceo, según Higino uno de gigantes pero normalmente es uno de los titanes.[23]
  • Clitio (Κλύτιος Klytios; tiene la raíz klyt-, ‘oír’, ‘fama’, ‘gloria’). Fue matado por Hécate con antorchas.[6][9]
  • Colofomo, nada más se sabe de él.[23]
  • Ctonio (Χθονιός Khthonios, ‘de la tierra’). Gea le convenció para luchar contra Dioniso, prometiéndole a cambio a Afrodita.[25]
  • Damasén (Δαμασήν, ‘domador’). Criado por Eris, mató una vez a un drakon (una serpiente) que fue devuelto a la vida por otro drakon, su compañero, con la ayuda de una hierba curativa.[39]
  • Damástor ( Δαμάστωρ, acaso el mismo que Damasén) durante la Gigantomaquia utilizó como arma arrojadiza una roca en la que se había transformado otro gigante, Palas.[40]
  • Dámiso (Δάμυσος), el más rápido de los Gigantes que murió en la guerra contra los dioses. Quirón exhumó su cuerpo y extrajo el astrágalo de su pie, implantándolo en el talón de Aquiles.[41]
  • Eceo o Azeyo (Αἰζειός) un hijo de Ctonia (Gea) que participó en la Titanomaquia, y no la Gigantomaquia. Unido a una ninfa innominada fue padre Licón (o Licaón), por él el antepasado de los reyes arcadios. Hija de Licón fue Deyanira, quien se desposó con Pelasgo y ambos fueron los padres de Licaón. Por eso se dice que Licaón nació de la sangre de los gigantes.[42]
  • Efialtes (Ἐφιάλτης Ephialtês, ‘el que salta sobre’), que se rebeló contra los dioses. Apolo le disparó en el ojo izquierdo y Heracles en el derecho.[6][9][23]​ No confundir con Efialtes, uno de los Alóadas.
  • Efracoridón, nombre corrupto.[23]
  • Elentesmorfio, el nombre corrupto.[23]
  • Encélado (Ἐγκέλαδος Enkelados, ‘exhortación’). Moraba bajo el monte Etna, cuyos estruendos eran provocados por sus revolcones. Atenea le arrojó encima la isla de Sicilia.[6][25][43][23][44]​ Eurípides dice Sileno se había jactado de matar a Encélado con su lanza.[45]
  • Énfito: solo mencionado por Higino.[23]
  • Equídnada (Εχιδναδης), esto es, uno de los «hijos de Equidna» (sin indicar la filiación paterna), que durante la Gigantomaquia fue vencido por Ares. Tenía dos cuerpos en uno solo y escupía veneno, como su madre. Incluso Crono lo utilizó en la Titanomaquia para enfrentarse al rayo de Zeus.[46]
  • Eurimedonte (Εὐρυμέδων), antiguo rey de los Gigantes. Fue padre de Peribea.[47]
  • Éurito (Ευρυτος Eurytos, ‘que fluye completo’). Fue muerto por Dioniso con su tirso.[6][9][23]
  • Forco, probablemente confundiéndose con Forcis.[23]
  • Gerión (Γηρυών Gêruôn o Γηρυόνης Gêruônês), monstruoso Gigante alado hijo de Crisaor y Calírroe, formado por tres cuerpos humanos completos unidos por la cintura. Era invencible en la batalla y dueño de una gran sabiduría. Vivía en la isla Eritia y tenía una espléndida cabaña de ganado guardado por un perro de dos cabezas, Ortro, y por un pastor, Euritión. Uno de los doce trabajos de Heracles fue robar dicho ganado, tras lo cual mató a Gerión cuando este le buscaba para vengarse.[48]
  • Gratión. Fue muerto por Artemisa.[6][9]
  • Hilo (Ὕλλος), Gigante de Lidia (Anatolia) e hijo de Gea, del que se creía que derivaba el nombre del río Hilo. Aparentemente los griegos le identificaban con Gerión.[49]
  • Hipólito (Ἱππόλυτος Hippolytos, ‘que libera los caballos’). Lo mató Hermes, que llevaba el casco de Hades.[6][9]
  • Hopladamo (Ὁπλάδαμος), a veces escrito como Hoplodamo; se dice que cuando Rea tenía a Zeus en su vientre llegó se procuró ayuda, en el caso de que fuera contra ella Crono, de Hoplodamo y todos los gigantes que estaban con él.[50]
  • Jápeto, confundido con el titán.[23]
  • León, según Focio: «Heracles no llevaba la piel del león de Nemea, sino la de cierto León, uno de los gigantes muertos por Heracles al que había desafiado a combate singular».[51]​ También se mencionan gigantes con cabezas de león se muestran en el friso de la Gigantomaquia del siglo II a. C. en el Altar de Pérgamo.[52]
  • Menefíaro, nada más se sabe de él.[23]
  • Milino (Μυλινος), cuando Zeus mató a los gigantes tampoco perdonó a Milino, que habitaba en Creta. No se sabe si Milino era uno de los gigantes aunque se lo relaciona al menos con ellos.[20]
  • Mimas o Mimante (Μίμας). Fue muerto por Hefesto con proyectiles de metal al rojo vivo. Según otros fue muerto por Ares.[6][9][53]​ Otros dicen que luchó contra Atenea.[44]
  • Ofión (Όφίων), uno de los gigantes que lucharon contra Zeus (no confundir con otro Ofión). Este lo aplastó bajo una montaña llamada Ofionio.[54]
  • Olimpo (Ολυμπος), implícitamente uno de los gigantes según Ptolomeo Hefestion: «la tumba que pasa por la de Zeus en Creta es la de Olimpo, que recibió a Zeus, hijo de Cronos, lo crio y le enseñó cosas divinas; pero Zeus, según se dice, abatió a su padre adoptivo y maestro porque había empujado a los gigantes a atacarle a su vez; pero cuando hubo golpeado, ante su cuerpo se llenó de remordimiento y, como no podía aplacar su pena de otra manera, dio su propio nombre a la tumba de su víctima».[55]
  • Oreo (Ορειος, ‘montañés’), mencionados por Antonino Liberal y hermano de Agrio. Eran hijos de Polifonte y un oso, del que le hizo enamorarse Afrodita por desdeñarla en favor de Artemisa. Ambos eran gigantes poderosos que no honraban a los dioses y devoraban hombres. Fueron transformados en pájaros por Hermes.[24][24]
  • Orión (Ὀρίων), un hermoso gigante que podía caminar sobre el agua. Le mató Gea enviándole al escorpión por amenazar con acabar con todas las bestias de la tierra con su destreza en la caza o Apolo por atreverse a amar a Artemisa.[56]​ En una fuente es descrito como de «enorme estatura».[57]
  • Oto, nada más se sabe de él.[23]​ No confundir con Oto, uno de los Alóadas, o bien es el mismo en otra tradición.
  • Palas o Palante (Παλλάς Pallas, ‘blandiendo [armas]’). Lo mató Atenea, quien lo despellejó y usó su piel como escudo para su propio cuerpo.[6][9][23]
  • Peloreo (Πελωρευς Pelôreus, ‘monstruoso’, ‘enorme’). Luchó contra Dioniso.[25]
  • Peloro, solo mencionado por Higino.[23]​ Acaso el mismo que Peloreo (cf).
  • Picóloo (Πικόλοος), solo mencionado por un autor tardío, dice que Picóloo huyó de la batalla y llegó a la isla de Circe donde intentó ahuyentarla. Helios, padre de la muchacha, agraviado, mató al gigante. Se dice que la legendaria planta de moly surgió por primera vez de la sangre de Picóloo cuando tomó contacto con el suelo.[58]
  • Polibotes (Πολυβώτης Polybôtes, ‘mucho alimento’). Fue muerto por Poseidón, que rompió un trozo de la isla de Cos y lo arrojó sobre él.[6][9][59][23]
  • Porfirión (Πορφυρίων Porphyriôn, ‘empujar’, ‘levantarse’, ‘brotar’). Atacó a Heracles y a Hera pero Zeus le inspiró deseo por Hera, y cuando Porfirión le desgarró los vestidos queriendo forzarla y ella pidió ayuda, fue fulminado por Zeus y asaeteado por Heracles.[6]​ O le había prometido a Hebe por esposa si luchaba contra Dioniso.[25]​ Era uno de los gigantes que más aventajaba a los de su raza.[6]​ O bien luchó contra Atenea.[44]​ En otra fuente se lo denomina como el rey de los gigantes.[60]
  • Siceo (Συκευς), de quien deriva el nombre de la higuera. Llamado uno de los titanes (en este contexto, gigante) e hijo de Gea, fue perseguido por Zeus hasta que Gea lo acogió en su regazo, e hizo que esa planta creciera para el deleite de su hijo. Dicen que de Siceo también recibió su nombre la ciudad de Sicea en Cilicia.[61]
  • Talos o Talo (Τάλως), el Gigante de bronce que patrullaba la isla de Creta para guardarla de los piratas. Le mató la bruja Medea cuando los argonautas intentaban desembarcar en la isla.[62]
  • Teodamante, nada más se sabe de él.[23]
  • Teomises, nada más se sabe de él.[23]
  • Ticio (Τιτυός), un Gigante lujurioso que intentó violar a Leto. Fue derrotado por Apolo y Artemisa y encadenado en el Tártaro, donde dos buitres comían eternamente su hígado.[63]
  • Tifón (Τυφωευς Typhoeus, de τῦφος tuphos, ‘humo’), que a veces se confunde con el mítico Tifón y a veces es citado de manera independiente. Higino lo incluye en la lista de gigantes,[23]​ pero más adelante dice que el gigante Tifón y Equidna fueron los padres de los monstruos.[64]​ Otros lo mencionan en relación a los gigantes pero no se especifica si era uno de ellos.[65]Nono nos dice que era hijo del primer Tifón, igual a él en todo, pero que luchó contra Dioniso.[25]​ En otra fuente Tifón luchó contra Atenea, junto con Mimante, Porfirión y Encélado.[44]Manilio también opina que Tifeo fue uno de los gigantes y que el rayo de Zeus lo fulminó y así volvió de nuevo a la tierra.[66]
  • Toante (Θόων Thoon, ‘rápido’). Fue golpeado hasta la muerte por las Moiras con mazas de bronce.[6][9]
  • Turio, un gigante que luchó con Heracles y que sólo describe Pausanias. Turio también es un epíteto de Ares en Laconia.[67]
  • Yenio, combre corrupto.[23]

Iconografía

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Parte del altar de Zeus de Pérgamo en el que dos Gigantes —Agio y Toante— son derrotados por las Moiras. Berlín, Museo de Pérgamo.

Las primeras representaciones de la gigantomaquia aparecen en el siglo VI a. C. en vasos, esculturas y elementos arquitectónicos. En ellas, el aspecto de los Gigantes es el de hombres armados. A partir del periodo clásico, empiezan a perder sus armaduras (a excepción, a veces, del casco y del escudo) y en ocasiones se les dota de un aspecto más salvaje realzando sus barbas o colocándoles pieles de animales. Un lugar destacado donde se representaba la gigantomaquia era en el peplo que se ofrecía a Atenea en la procesión de las panateneas.

El tratamiento más completo de la gigantomaquia en la iconografía se encuentra en el friso norte del Tesoro de los sifnios de Delfos (c. 525 a.C.), con más de treinta figuras, nombradas mediante inscripción (aunque muchos nombres tuvieron que ser reconstruidos). De izquierda a derecha: Hefesto (con fuelle); dos diosas luchando contra dos gigantes; Dioniso caminando hacia un gigante que avanza; Temis[68]​ en un carro tirado por un grupo de leones que atacan a un gigante que huye; los arqueros Apolo y Artemisa; otro gigante que huye (Taro o posiblemente Cantaro);[69]​ el gigante Efialtes tendido en el suelo; un grupo de tres gigantes, entre los que se encuentran Hiperfante[70]​ y Alecto, que se oponen a Apolo y Artemisa. A continuación hay una sección central que falta y que presumiblemente contiene a Zeus, y posiblemente a Heracles, con un carro (sólo se conservan partes de una yunta de caballos). A la derecha aparece una diosa clavando su lanza a un gigante caído[71]​ (probablemente Porfirión, porque le lee un nombre terminado en «-ριον»); Atenea luchando contra Eríctipo y un segundo gigante; un hombre saltando sobre Astarias (probablemente Asterio) para atacar a Bíatas y otro gigante; y Hermes contra dos gigantes. Luego sigue un hueco en el que probablemente estaba Poseidón y, finalmente, en el extremo derecho, un dios luchando contra dos Gigantes, uno caído, el otro es el gigante Mimón (probablemente el Mimante mencionado por Apolodoro).[72]

Posteriormente, en el siglo IV a. C., se relaciona a los Gigantes con los volcanes de Italia. Es en esta época cuando se empieza a representar a los Gigantes con piernas de serpiente.

Del periodo helenístico la representación más destacada de los Gigantes aparece en el altar de Pérgamo, donde aparecen algunos Gigantes con piernas humanas y otros con piernas de serpientes. Este modelo, en el que los Gigantes lucen una gran musculatura, cabellos alborotados y grandes barbas, tuvo continuidad en la época romana, aunque en este periodo las piernas de los Gigantes tienen siempre forma de serpiente.

Los Gigantes están prácticamente ausentes en la iconografía de la Edad Media. Reaparecen a partir del renacimiento, como simples hombres musculosos que luchan contra Zeus.[73]

Referencias

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  1. Beazley Archive 204546; Arthur Bernard Cook, Zeus: A Study in Ancient Religion, volumen III, lámina III, A.
  2. En cuanto a su tamaño: Hansen, pp. 177: "Hesiod describes them as being "great," referring perhaps to their stature, but the Giants are not always represented as being huge. Although the word giants derives ultimately from the Greek Gigantes, the most persistent traits of the Gigantes are strength and hubristic aggression."
  3. Moore 1985, p. 21.
  4. Gantz, pp. 446, 447.
  5. Gantz, p. 453; Hanfmann 1992, The Oxford Classical Dictionary s.v. "Giants".
  6. a b c d e f g h i j k l m n ñ o Apolodoro i.6.1 y sig.
  7. Pausanias viii.29 §2; Píndaro, Nemeas i.67; Estrabón pp.245, 281, 330; Escolio sobre la Ilíada de Homero viii.479.
  8. a b Homero: Odisea VII vv. 56 - 63
  9. a b c d e f g h i j k Hesíodo, Teogonía 183 y sig.
  10. Pseudo-Apolodoro: Biblioteca mitológica I 6, 1
  11. Higino: prefacio 4 de las Fábulas
  12. Baquílides, oda 15, ditirambo 1, 15, 63
  13. Batracomiomaquia VII, 542–543; Sófocles: Las traquinias, 1058; Eurípides, Las fenicias 1131; Licofrón, Alejandra 127, 504–505 y 1408, 610–611.
  14. Homero, Odisea vii.59, 206, x.120; comp. Pausanias viii.29.2.
  15. Servio, Sobre la Eneida viii.698, Geórgicas i.166, 278; Horacio, Cármina iii.4.42.
  16. Hesíodo: Teogonía 176 ss
  17. Hesíodo: Catálogo de mujeres, fr. 43 a (West)
  18. Ovidio, Tristes iv.7, 17.
  19. Pseudo-Apolodoro: Biblioteca mitológica,·I 6, 1-2
  20. a b Diodoro Sículo: Biblioteca histórica V 71, 5
  21. Pausanias viii.29.1.
  22. Eratóstenes: Catasterismos, XI (Cangrejo)
  23. a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s t u v Higino: prefacio 4 de las Fábulas
  24. a b c Antonino Liberal, Metamorfosis 21.
  25. a b c d e f Nono xlviii.10 y sig.
  26. Píndaro, Ístmicas vi.33.
  27. Esteban de Bizancio, voz "Almopia"
  28. Odisea XI 305, Catálogo de mujeres fr. 6, Apolodoro I 5, 3; Fabulae 28
  29. Nono xxv.238, xlv.174.
  30. Pausanias: Descripción de Grecia I 35, 6
  31. Apolodoro. II 5, 11; Fabulae 31 ; Diodoro Sículo IV 17; Píndaro: Istmicas IV 87; Lucanio, Farsalia IV 590; Juvenal III 89; Ovidio 397
  32. Apolodoro, Epítome vii.12.
  33. Apolodoro II 1, 2; Ovidio: Metamorfosis. I 264
  34. Enciclopedia Suda, voz «Aristeo»
  35. Pausanias i.35.6, vii.2.5.
  36. Brinkmann, Vinzenz (1985): Die aufgemalten Namensbeischriften an Nord- und Ostfries des Siphnierschatzhauses. Bulletin de Correspondance Hellénique. 109, 77–130.
  37. Nicandro de Colofón, fragmento 20
  38. Virgilio: Eneida VIII 195; Ovidio: Fastos I 543
  39. Nono xxv.486.
  40. Claudiano, Gigantomaquia 101 ss.
  41. Ptolomeo Hefestión vi.
  42. Fr. anónimo (quizás Pamprepio de Panópolis), revista Romanica Olomucensia; Dionisio de Halicarnaso, Historia antigua de Roma I 11, 2; 12
  43. Virgilio, Eneida' iii.578.
  44. a b c d Horacio: Odas III 4, 53
  45. Eurípides: El cíclope, 1-9
  46. Nono: Dionisíacas XVIII 274 ss
  47. Homero, Odisea vii.56 y sig.
  48. Apolodoro II 5, 10
  49. Pausanias i.35.7-8.
  50. Pausanias VIII 32, 5; 36, 2.
  51. Ptolomeo Queno, Nueva historia, citado por Focio, Bibliotheca Codex 190.
  52. Pollitt 1986, p. 105; Pergamon Altar image viewer Archivado el 26 de noviembre de 2013 en Wayback Machine..
  53. Apolonio, Argonáuticas iii.1226.
  54. Escolio a Ilíada VIII, 479
  55. Focio: Biblioteca § 190.15, citando como fuente Ptolomeo Queno: Historia nueva.
  56. Homero: Odisea XI 309; Estrabón IX; Tzetzes, sobre Licofrón 328
  57. FONTENROSE, Joseph: Orion: The Myth of the Hunter and the Huntress (Orión: el mito del cazador y la cazadora), pág. 6. Aunque esta versión de la leyenda nos ha llegado a través de Apolodoro en su Biblioteca mitológica, ver «Biblioteca mitológica, i.4.3-5» (en inglés)., es casi seguramente atribuible a Ferécides de Leros.
  58. Eustacio, sobre la Odisea X 305, nos dice que Alejandro de Pafos contaba la historia de que Picóloo, añadiendo un detalle, que protegió a su hija con su escudo".
  59. Pausanias i.2.4.
  60. Píndaro, Píticas VIII 12–18
  61. Ateneo 78a
  62. Apolodoro I 9, 26 ; Apolonio de Rodas IV 1638; Platón: Minos. p. 320
  63. Odisea VIII. 324; Apolodoro. I 4, 1; escolio sobre Apolonio de Rodas. I 181, 761; Píndaro: Píticas. IV 81
  64. Higino: Fábulas, 151
  65. Diodoro Sículo: Biblioteca histórica V 71, 5
  66. Manilio: Astronomica 2.874–880 (pp. 150–151)
  67. Pausanias iii.18.11.
  68. De acuerdo a Schefold, pág. 62, Temis «aparece a guisa de Cíbele».
  69. Brinkmann, N5 p. 92, lee solo Taro.
  70. Que otros leen «Hipertas»
  71. Probablemente Afrodita, o Hera, pero Brinkmann, p. 94 no es capaz de identificar su nombre.
  72. LIMC 5020 (Gigantes 2)
  73. Miguel Ángel Elvira Barba, Arte y mito: manual de iconografía clásica, pp.91-93, Madrid: Sílex (2008), ISBN 78-84-7737-196-0.

Bibliografía

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Véase también

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Enlaces externos

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